Acabo de llegar de la "otra dimensión", se podría decir así, por que cruzar el charco y realizar más de 13.ooo km. para apostarse en las cumbres del Machu Pichu, es todo un viaje al "otro lado". Mi viaje en busca del "misterio" comenzó en Quito hace más de 15 días, la capital de Ecuador con más de dos millones y medio de habitantes, más del 70 % viven en el umbral de la pobreza, una familia media, si se puede decir así, subsisten con poco más de 150 € al mes. Pero el paisaje de aquellos lugares, de aquellas montañas tan vetustas hay que observarlas con otra mirada, y no es tan difícil, ya que las energías y las sensaciones te arrastran de forma poderosa a un viaje en el tiempo, cuando los primeros pobladores movían aquellas piedras para construir esos templos y esas moles, ¿o tal vez ellos no fueron?. Como diría en desaparecido amigo, el Dr. Fernando Jiménez de Oso: "Tal vez fuimos nosotros mismo, testigos en otro tiempo y en otro espacio de todo lo que ocurrió en aquellas tierras". Esa sensación se hace muy fuerte allí. Los misterios, las leyendas, lo mágico es parte de la vida cotidiana de sus actuales pobladores.
La mitad del Mundo
En la mitad del mundo, en el centro mismo de planeta tuve la oportunidad de entrevistarme con la viuda del arquitecto D. Vicente Rivadeneira Almendariz, constructor de aquel prodigioso monumento en el punto cero del planeta que se acumula más energía telúrica, hasta allí llegan en peregrinación multitud de personas para curarse de dolencias relacionadas con los pulmones y el corazón.
El monumento Ecuatorial tiene su forma piramidal-cuadrangular con sus cuatro monolitos en los ángulos, bien es sabida su orientación exacta de los cuatro puntos cardinales, y se encuentra localizado en la Línea Ecuatorial
de latitud: cero grados, cero minutos y cero segundo.
Los lugareños de aquellas tierras dicen, que uno, no puede despedirse de este mundo sin visitar, aquel lugar energético, tan fascinante y único.
El alma de Víctor Emilio Estrada que tanto desea el Diablo
Es una de las leyendas más populares del Ecuador, una oportunidad para conocerla y conocer uno de los cementerios más curiosos del planeta que he tenido la suerte de visitar, el de Guayaquil. Víctor Emilio Estrada fue un conocido banquero ecuatoriano que nació en 1891. Dice la leyenda que realizó un pacto con el Demonio para amasar la gran fortuna que cosecho, pero en sus últimos día se arrepintió y no quiso ceder su alma al Demonio por lo que mando ser enterrado en una tumba que ordeno construir de cobre para que el Demonio no invadiera su descanso.
Al morir fue enterrado es su tumba de cobre, una de las más grandes del cementerio de Guayaquil. El Demonio quiso llevarse su alma al infierno como habían pactado, en vista de que no pudo éste, lo maldijo y dejó varios demonios de custodios fuera de su tumba para que lo vigilaran y no lo dejaran descansar en paz. Desde ese día Víctor Emilio Estrada no descansa y todas las noches sale a las 23 horas con su sombrero de copa y su traje de gala por la puerta uno del famoso cementerio de Guayaquil, a conversar con las personas que se detienen a coger el autobús en la parada, posteriormente pide los servicios de un taxi. Yo mismo tuve la suerte de conocer a unos de estos "lechuceros", como así se llama a los taxistas nocturnos que realizó una de estas fantasmales carreras con el espíritu del banquero, que termino desapareciendo en el interior del vehículo, desencadenando una crisis emocional en el taxista.
Otras leyendas que me he encontrado en el nuevo mundo.
La Dama tapada
Taxistas "lechuceros" (nocturnos) que cuentan que cierta noche por el antiguo anfiteatro Julián Coronel de Guayaquil, tomaron de pasajera a una mujer. A los pocos segundos, cuando el coche rodaba frente al cementerio, descubrieron que ella había desaparecido del asiento trasero.
Otro "lechucero" llamado Wilson Miramar, afirma haber sido abordado por una hermosa pasajera al inicio del cementerio, quien pedía ser trasladada a una ciudadela del norte. Al llegar, le solicitó que la esperara mientras iba a su casa a buscar dinero para cancelar la carrera. Caminó por una calle peatonal y entró a una villa. Después de algunos minutos, el taxista fue a buscarla, llamó a la puerta, salió un señor al que le contó lo sucedido. Este le mostró una foto de la
misteriosa pasajera y le confesó que era su hija que murió años atrás en un accidente de tránsito.
Los fantasmas, creencias, el naranjo encantado, el hada de Santa Ana, la canoíta fantasma, la procesión de las ánimas, seres extraños que sembraron el terror en ciudades del Ecuador, son algunos de los misterios que con los que me he topado en estas tierras benditas y mágicas del nuevo mundo.
Continuará...